Historia del reino de Koeati

Año 100

Hace mucho tiempo e incluso fuera de la órbita terrestre se encontraba un planeta que al igual que la Tierra albergaba en su seno a miles de vidas solo que este era conocido en la galaxia como LaËT. Para los ojos de los que habitan en el planeta Tierra afirmarían sin dudas que tanto los parajes como la vida en ella era completamente idéntica, sin embargo aquellos que conseguían adentrarse un poco en sus profundidades acabaría descubriendo que parte de las criaturas que habitan allí comparten similitudes con las mencionadas en cuentos de fantasía, claro que obviamente un humano jamás tuvo esa suerte.

Todo en ese planeta estaba inundado de gran bienestar e incluso calma pero con el paso del tiempo grandes hombres se hicieron famosos en la historia por pretender hacer suyo el mundo dejando de lado si hacían realmente el bien o no, usaron la magia para derramar la sangre de aquellos que no estaban de acuerdo, violaron incluso innumerables cantidades  de mujeres sin piedad algo y miles de barbaridades más. Cada año los habitantes de este planeta acabaron sucumbidos en una dictadura en toda regla en la que el hambre conseguía más rachas de muertes al año.

Año 170

Belhjë Növaik fue nombrado como el heredero al trono de LaËT siendo este el más joven de la historia en ser proclamado, todos tenían grandes esperanzas en él que fueron desapareciendo conforme este fue haciendo ver cuales eran sus verdaderos deseos; erradicar la magia por completo. A diferencia de toda su familia él había sido privado extrañamente de todo un linaje de sangre mágica, esto hizo que su odio fuera creciendo hasta llegar al día de hoy, siendo considerado como uno de los hombres más peligrosos. Toda la magia la guardó para su propio beneficio causando una gran pobreza a aquellos que vivían de ellas, a estas alturas nadie tenía esperanzas en sobrevivir, incluso la gente más adinerada.

Pero no le pareció suficiente, pensó que la gente solo le tomaba el pelo y que continuaban utilizando la magia por otros medios lo que hizo fijar su objetivo en toda criatura mágica, mandó ejecutarlas e incluso premiaba a aquellos que le traían una muestra de su cacería con oro. La gente comenzó a cumplir las órdenes con tal de no morir haciendo que la gran mayoría olvidará sus verdaderos deseos y sentimientos. Aun que bien es cierto eso una minoría se encargó de conservar aquello en secreto, formando un bando denominado LaËTef que vendría a decir LaËT libre.

Belhjë Növaik consiguió casarse con una joven de alta cuna diez años menos que él (él tiene 30) llamada Verçea Aggaio . Ambos juntos eran conocidos como la pareja del dolor, al igual que el rey esta carecía de bondad alguna y si de por si el rey ya estaba corrompido trató de multiplicarlo hasta hacer de él el mismo Satanás. Tuvieron un hijo al que llamaron Cahel Növaik y al cual mimaron en todo momento, lo que no sabían es que estaban acariciando aquello que tanto despreciaban, un ser con magia.

Año 199

Cahel fue creciendo a medida que pasaba el tiempo más deprisa que los demás niños, no es que se hiciera viejo si no que estaba más desarrollado, era un chico fuerte que a pesar de los valores inculcados por sus padres no sentía que estuviera con ellos, él amaba las historias de magia pero se limitaba a leer cosas referentes cuando nadie le veía, escondía incluso esos mismos libros en tablones desmontables. Aun así debía de seguirle la corriente haciendo cosas de las que no se siente para nada orgulloso.

En la víspera de su vigésimo cuarto cumpleaños cuando por fin se disponía a retirarse a sus aposentos a descansar sintió que algo no iba bien en el ambiente, decidió tomar algo cuando al cruzar por delante de los aposentos de sus padres vio la escena de su madre acuchillando a su padre sin cortesía mientras dormía, intentó detenerla pero ya era demasiado tarde, él había deseado su muerte para compensar parte de lo que había hecho pero nunca pensó en serio. Se encaró contra ella arrebatándole de sus manos el cuchillo mortal para luego lanzarlo lejos, estaba furioso y apenas escuchaba las falsas escusas de su madre pues sabía que bajo esa máscara se jactaba de la risa. La miró y no se cortó Eres un ser despreciable al igual que padre y eso no te daba derecho a matarlo, no te quiero, nunca lo he hecho y he intentado matarte miles de veces... todo lo que habéis hecho no tiene perdón... algunas mujeres podéis llegar a ser unas arpías mal nacidas, deberías desaparecer y convertiros en NADA.

Las últimas palabras estaban cargadas de un odio inmenso, pero no era solo eso,si no que la magia que había estado dormida este tiempo en su interior se despertó para lanzar una maldición poderosa contra toda LaËT.

Año 199

Cahel abrió los ojos mareado y cuando pudo ponerse en pie expulsó por la boca todo lo que había en ese momento en su barriga, apreció que estaba solo con el cuerpo inerte de su padre y eso le hizo pensar que quizás su madre había conseguido escapar, no dudó en apresurarse para salir en su búsqueda pero tras las puertas del castillo le aguardaba lo peor, el cielo se había convertido en un azul oscuro y a lo lejos podía ver como los confines de su terreno se iban separando de la tierra hasta alzarse en el aire, lo observó todo con detenimiento pensando en el fin de todo lo que ahora era su pueblo hasta que un susurro lo del viento lo hizo encaminarse hasta el centro de la entrada. Todo su cuerpo se inundó de un brillo morado que lo abrazaba como si de ropa se tratara, el miedo se apoderó de su mente hasta que cayó inconsciente al suelo para luego alzarse al aire, sus ojos habían adoptado un color brillante y su expresión era mucho más seria hasta que todo ese brillo salió  disparado literalmente de su cuerpo hacia lo más alto surcando el cielo para acabar formando una especia de burbuja alrededor del terreno elevado.

De nuevo cayó de rodillas al suelo y conforme sus ojos volvieron a abrirse esta vez su rostro reflejaba incomprensión mezclada con seguridad, desgraciadamente para Cagel eso no terminó ahí, ahora tenía una gran sabiduría que le había venido de repente y sabía que les debía algo aun que fuera solo a su pueblo, agarró el cuchillo que siempre portaba encima y deslizó el filo sobre su piel para dejar correr su sangre, [b]Deciem al illirë ot mahe[b], tras pronunciar estas palabras sacrificó parte de su sangre para devolver la magia. Pensó que moriría pero lo que no sabía era que había conseguido convertirse en lo más cercano a un dios pues le fue brindada la inmortalidad.

Como consecuencia a su hechizo condenó a su pueblo a vivir sobre el cielo pero eso no fue lo más significativo si no el hecho de que todas las mujeres se hubieran esfumado del día a la noche dejando tan solo sobre ese terreno nada más que hombres. Al principio fue algo difícil de asimilar pero con el tiempo fueron haciéndose a la idea de que jamás las recuperarían, la magia había sido restablecida pero a cambio se había pagado un precio muy caro.

Año 200

El año 200 supuso un nuevo cambio en la vida para muchos pues tras largos estudios Cahel, quien había sido bien acogido por su pueblo y coronado anunció que el exterminio no tenía por que ocurrir pues conocía como albergar vida sin la necesidad de una mujer por lo que no dudó en compartirlo con los demás para al menos intentar crear algo de felicidad y así fue. Estos niños provenían de la misma naturaleza y eran concebidos con parte del aura que las personas albergan que al ser depositadas sobre esta hacían florecer una nueva vida, estos nacían siendo manipuladores del elemento relacionado con su nacimiento además de tener una avanzada edad siendo los primeros hijos de la nueva generación.

Pero no duró mucho la felicidad,  Cahel albergó un hijo que al parecer ya tenía sus recuerdos creados, aun que al principio pensó que se trataban de imaginaciones del otro acabó descubriendo que provenía de un lugar diferente a este mundo y el como había llegado (al menos lo que recuerda), tras muchas hipótesis dieron con que aquellos que conservaban los recuerdos de otro mundo era gente que habían muerto en circunstancias terribles y que por alguna extraña razón eran traídos hasta aquí para renacer.

En ese momento bautizó a su reino como Koeati siendo los hijos puros de sangre llamados Koeati y a aquellos que provienen de la Tierra como Unkoeati.

Año 210

Los nuevos Unkoeati han supuesto un peligro para la tierra de Koeati, en muchas mentes de ellos habían aparecido partes que jamás deberían haber recuperado, la maldad. Al haber vivido otra vida trajeron con ellos la sabiduría de las armas de fuego, reunieron los materiales necesarios y los que no pudieron encontrar hallaron la manera de remplazarlo siendo aquí donde entraría la magia.

Hoy en día y pese al poco tiempo de su invención se comercializan alrededor de todo el reino bajo la protección del rey, claro está el rey no siempre lo ve todo y parte de algunas armas van destinadas a un grupo poco amigable denominado Naukoeati que lo único que quería era volver a instaurar el régimen del dictador Beljhe. No se sabe bien quienes son pero si que están infiltrados en el reino pudiendo ser incluso el panadero o el herrero que conoces de toda la vida, no tienen clemencia y aman derramar sangre mágica sin control.

De nuevo regresan los tiempos difíciles pero esta vez el pueblo no está indefenso si no que tienen de su parte al gran Cahel.